Ante todo, quisiera pedirles disculpas por haber estado ausente tanto tiempo. Un verano movido desde lo laboral me impidió postear con la regularidad que hubiese querido.
Dicho esto, quisiera comentarles una impresión que me invade desde el comienzo de 2011 acerca de algo que atraviesa a toda la televisión y que es bellamente revelador.
Se ha echo muy evidente en el último año una antinomia entre los "alguienes" y los "nadies". Cualquiera pudo escuchar hasta el hartazgo a Aníbal Pachano insistir en que el es un "artista" y exigir respeto. Lo mismo con Barbieri o Mirtha Legrand.
Lo cierto es que esa mentada sacralidad finalmente ha caído en desgracia. Hoy cualquier "nadie" se erige en juez y asesta un golpe a "alguien" sin mediar ningún pudor.
Los casos mas paradigmáticos son los de Gran hermano y Soñando por bailar, dos reality shows en los que los participantes se quejan airadamente frente a las desmedidas demandas de la producción.
Por caso, podemos citar a una "hermanita" que se quejó porque $500 por semana no es dinero suficiente para manipularnos impunemente. Creo que fue ella misma que se quejó porque pidió una foto del hijo y nadie se la acercó. Disculpen pero no recuerdo su nombre.
Del que sí recuerdo el nombre es Emanuel, que lo apuró de chamuyo a Rial, dejándolo al borde del colapso cardíaco. Rial, sin justificación posible, solo atinó a decirle "sos un maleducado".
Me dió un poco de pena Rial, y como la producción lo dejó sólo en el vivo. Al final de cuentas, Marisa Badía renunció por eso (eso dicen).
Ya sé. ustedes me dirán que nadie le puso un revolver en la cabeza para entrar ahí, lo que es cierto.
Pero haber ingresado espontáneamente, ¿es condición necesaria y suficiente para ser manipulado de la forma mas atroz?, yo creo que no. Mis felicitaciones al niño Emanuel, que seguramente (dicen los polls) será expulsado esta noche.
Una réplica ocurrió en el Titanic de la danza, Soñando por bailar. Espanto me provocó ver a un José María Listorti indignado diciendo cosas tales como: "cuando vos te compraste los jeans, yo ya los hice bermudas".
¿Perdón? Es el mismo Josema que fracasaba en cada intento exo-tinellesco, que tiene tanto talento como una nuez, y que si no fuera por el sospechoso cariño que Marcelo Tinelli le tiene, sería remisero, o empleado en un call center (laburé en uno, un espanto les juro).
Lo dicho, quienes regentean el puterío televisado, no tienen cintura para responder a un "nadie" que se rebela, porque no son dueños (como Marcelingui) tan sólo son sus prostitutas.
En esta revuelta, la que gana es Viviana Canosa, si me permiten. Pierde en el rating, es cierto, pero fogonea el conflicto como nadie, y tiene velocidad para responder y frenar el embate. Su nuevo color de pelo me encanta, dicho sea de paso.
¿Por qué de repente ocurre todo esto?¿Quién abrió la puerta?
Esto no sólo ocurre en televisión, sino miren al pobre Miguel del Sel, huérfano de argumentos para cimentar su carrera política, sentado junto al ya fenecido Mauricio (es un muerto político pobre), siendo víctima de los chistes mas hilarantes de parte de Vero Lozano, por ejemplo. Ni los conductores de TN pueden resistir la risa frente a tamaña idiotez.
Ocurre lo mismo con De Narvaez, al que Van der Kooy y Blanck lo miran absortos cuando decreta que la administración Kirchner hace agua por todos lados, y sólo se limitan a decirle: "Si usted lo dice"...
Duhalde y Venegas, Carrió y Solanas, Reutemann comparado con Juan Peruggia.
Hace ya algunos años que la política asumió el poder, y entonces el poder, se encuentra en jaque. Esa sola afirmación resume lo que ocurre.
Desde el 11 de Septiempre, la centralidad dejó de existir, y se viene un mundo nuevo en el que la fatuidad no tiene lugar, es momento de barajar y dar de nuevo, y en ese contexto, la Argentina se perfila como protagonista.
¿Alguien lo vió al desdentado de Angeli? Mondieux!