20 noviembre 2012

Gris el 20 (ni negro ni blanco, tibiecito)

Algunos gremios pertenecientes a la CGT de Moyano, junto con la CTA de Micheli, instrumentaron un paro en el día de hoy para manifestar su descontento respecto de algunas medidas del gobierno nacional.

Ver a Micheli y a Sobrero, representante de la "vanguardia sindical", sentado al lado de Venegas o convalidando los aprietes de Barrionuevo, da mucha pena.

Lo mismo cabe para algunas agrupaciones de izquierda, que se manifestaron acompañando la medida de la CGT.

Aqui, en Mar del Plata, lo que operó es el miedo. Miguelitos en los accesos a la ciudad, algunos camiones cruzados en otros sitios, patotas obligando a cerrar los negocios a comerciantes, y rompiendo vidrieras, tambien en bancos.

Lo demás, fue la raquitica expresión de un grupo de dirigentes que no representan ni siquiera a sus propios trabajadores, y que cegados por sus aspiraciones políticas, se cruzaron de vereda y se transformaron en genuflexos defensores del poder (algunos de ellos, como Venegas, lo son hace rato).

Finalmente, redunda decir que lo que los mueve es el odio antikirchnerista, porque no pueden articular una alternativa. No tienen vocación de poder (salvo Moyano claro, que solo ya no puede).

Frente a eso Cristina redobla la apuesta desde San Pedro; "A mi no me corre nadie" "Hablemos de apriete, amenaza".

Impresiona, debo confesar, la decisión de Cristina de salir a hablar hoy, en el mismo día, con el paro aun en operación.

No se doblega, me interesa esta condición. Condición que no pueden esgrimir quienes estuvieron en conferencia de prensa hoy por la tarde desde la CGT.

Lo que hoy quedo de manifiesto, es que la CGT ya no es lo que era, y que tiene que buscar aliados para parar el país. Aquella prepotencia de las 62 organizaciones, es ya un recuerdo risible.

El aparato del PJ agoniza, a Dios gracias...

Le he dicho creo, en este foro, el evento por el que mas será recordada Cristina Fernandez es por haber herido de muerte al peronismo, transformandolo en un partido mas, como la UCR o el ARI.

La correlación de fuerzas hará el resto, veremos que pasa...

See you on #7D


11 noviembre 2012

Negro el 8

El pasado 8N, una multitud expresó su descontento respecto del modelo Kirchnerista, nadie puede desconocer que la manifestación ha sido verdaderamente contundente.

La legitimidad del pueblo en la calle no es discutible, sobretodo cuando el número de personas que se agolpó en plazas de todo el país ha sido numerosa, pero la verdad sea dicha, el odio manifestado excede al kirchnerismo.

Comenzando por la convocatoria, cuando la espontaneidad es reunida por grupos como "Con un año de los militares se arregla todo", o cuando se leen consignas como las que se leyeron uno entiende que no es solamente descontento, es repudio al sistema democrático instituido.

No se agota decía, en el odio antikirchnerista, porque se habló durante la marcha acerca de que "yo trabajo y ella les da planes a los vagos" o "los derechos humanos de ahora son lo que importan". Esto explica que un alto porcentaje de la población no desea la distribución del ingreso, ni que se revea el pasado.

También se desea administrar el propio ingreso del modo que me parezca, algo que en los países centrales por lejos les sería imposible. Digo, aquí las grandes corporaciones fugaron U$S 60000 millones, y si estuvieran en Suecia, USA, o Francia, estarían presos.

Enarbolan banderas de libertad, mientras que se expresaron con toda su furia sin mediar represión estatal.

El dato mas demoledor de la jornada 8N, es que ninguno de lo políticos que convocaban, estuvieron alí, "para no restar legitimidad". La orfandad de representación hace que toda esa gente salga a la calle.

Quiero decir, es mas complejo que el odio antiK, salen a la calle porque ninguno de los opositores quiere levantar el guante y hacerse cargo de esa masa crítica que necesita un conductor.

El propio Mauricio Macri, en el programa de Van der Kooy y Blanck, decía que toda esa gente "reclama que la presidenta no los defraude", cuando lo que en realidad necesitan es que alguno de ellos (él, mas precisamente) asuma el desafío de construir una alternativa en 2015.

Lo que quedó claro con el 8N, es que quienes cacerolearon no ven un político que pueda hacerle frente al Kichnerismo, y ese es su terror, que el modelo se extienda mas alla de este mandato.

Entienden que Cristina puede retirarse, pero que culturalmente ha habido un cambio de paradigma insoslayable, y que aun sin Cristina en el sillón de Rivadavia, quien lo ocupe tendrá su misma mirada (algo así como lo que hizo Lula con Dilma) y eso les hace hervir la sangre.

No en vano la misma semana del 8N, el Sr. Magnetto, al que sólo conocíamos por foto, tuvo que salir del ostracismo a implorar misericordia, a victimizarse torpemente, casi como un impío que busca redención.

Lo dijo Sarlo despues del 13S, el odio no construye política, entérense. Lo que el escaparate opositor les ofrece no los representa, y por eso salen a la calle, porque están huérfanos de representación.

Esa enorme cantidad de personas que batieron cacerolas el 8N, lo que evidencia es una enorme debilidad, porque son incapaces de erigirse en alternativa.

En términos simbólicos (sólo simbólicos) los caceroleros son ahora los desclasados, los que no tienen quien vele por sus intereses, y eso ha sido posible porque aborrecen la política, y porque con esa bandera cumplieron con su profesía autocumplida: La No política son ustedes, y eso los dejó afuera de la mesa de decisiones.

Cambiar un país no es tarea sencilla, no alcanza con votar al rubio de camel cada dos años. Sépanlo, para que sus intereses sean escuchados, tienen que ponerle el cuerpo a la política, y construir una alternativa.

De lo contrario, harán 1000 manifestaciones, en las que sólo serán una multidud difusa, paupérrima y sin posibilidad de construcción posible, sólo un montón de odio impreciso e inconducente.