Se cumplen en 2012 30 años del conflicto que mantuvieran el Imperio Británico con la Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas.
Reflexionaba acerca de los cambios de época en los que nos encontraos inmersos. No, no hablaré de las bondades del Kirchnerismo, no se trata de eso este post.
Lo que ocurre en esta escalada diplomática, es mucho mas que un reclamo soberano, o un intento de adueñarse de un recurso estratégico económica y geopolíticamente hablando.
Inusualmente, sobre la cuestión Malvinas, se han pronunciado países de manera enérgica, como casi todos los países latinoamericanos; pero también lo han hecho algunos paises centrales como China, o mas tibiamente, los Estados Unidos.
Al cumplirse 30 años del conflicto, se impone el recordatorio. Para el Imperio Británico (ni Reino Unido, ni Inglaterra, no es casual mi denominación)la ocasión es propicia para aunar a una población que se encuentra atizada con una crisis que los sacude como pocas veces se ha visto. Además, el imperio es cada vez menos imperio.
Se replica la intentona Galtierista esta vez en manos del propio Cameron, el premier británico, con la dorada venia de su majestad, que envía a William a las Islas, para "entrenarse".
Quiero decir, David Cameron, que es blanco de críticas por estos días como consecuencia de sus políticas de ajuste, que ve marchar ante sus ojos hordas vandálicas que lo repudian, necesita un motivo para recuperar la popularidad perdida (igual que la junta en el ´82) y fogonear el terror con una posible escalada bélica con nuestro país, no en vano está reforzando la presencia militar en la zona.
La respuesta argentina es a mi gusto, errada. Las declaraciones de Timmerman y de Boudou claramente le hacen el juego a Cameron, y la escalada diplomática avanza. Yo hubiese esperado pronunciamentos menos altisonantes, no tan a flor de piel. Hubiese sido mas atinado decir, por ejemplo: Las palabras del premier Cameron han sido desafortunadas, la vocación de la Argentina es el diálogo, como lo demuestran nuestras ponencias ante la ONU. Es el Imperio Británico el que rehusa debatir, nosotros aspiramos a la madurez del Reino Unido, y no a su beligerancia.Estamos tranquilos respecto al resultado ulterior de la cuestión Malvinas, tarde o temprano volverán a formar parte del Estado argentino, de pleno derecho.
Este tipo de discurso, que es igual de confrontativo, elude hacer juicios de valor y desarticula el intento de Downing St. Obliga a Gran Bretaña a repensar la estrategia.
Lo nuevo en todo esto es el cambio en la relación de fuerzas. Latinoamerica se erige como un bloque de Naciones independientes, que se abroquelan en cuestiones de política internacional, defendiéndose de los países centrales, con políticas conjuntas.
Al Reino Unido sólo le queda su derecho de veto en el Consejo de Seguridad, algo que va a cambiar en muy poco tiempo.
Quiero decir, el Imperio (cualquiera de ellos) ha dejado de marcar agenda y se encuentra todos los días desactivando bombas que lo pueden dejar herido de muerte. Y ese es el cambio mas revolucionario del mundo.
Mientras Latinoamerica lentamente va ocupándose de lo importante, luego de haber atendido con solvencia lo urgente; Europa y los Estados Unidos están dejando de atender lo importante, ya que han desatendido largamente lo urgente, que les explota en las manos.
China y Brasil, nuestros principales socios comerciales, se encaminan a ser los principales actores del nuevo orden mundial. Y allí estará la Argentina, creciendo junto a ellos.
En ese concierto, Malvinas será un polo de desarrollo productivo, administrado por la Argentina.
Por la memoria de nuestros pibes, ojalá así sea.