Este espacio se encuentra en una terrible encrucijada: La de opinar respecto de la figura de un artista.
Mario Vargas Llosa lo es. Su trabajo ha sido prolífico, y su pluma es admirada aquí y allá. No entraré, como hacen muchos, a sospechar de su formación o de sus méritos como escritor.
Y no lo haré, no sólo porque se trata de un artista, sino porque con solo analizar su derrotero político, me sobra.
Mario Vargas Llosa es la quintaesencia del American way of life. El hombre que desde un país pobre y periférico, llegó a la cúspide del éxito.
Ese sólo mérito, le alcanzó para iniciar una carrera política, para terminar con años de "oscurantismo" en el Peru, pero perdió frente a un ignoto Fujimori. La derrota le fue tan deshonrosa, que emigró para siempre de su tierra natal para nunca mas volver.
Desde entonces, se transformó en un public speaker de la derecha, sentándose en las cadenas internacionales de noticias, despachándose acerca de lo ominoso de los presidentes que dirigen nuestros destinos.
No es nada nuevo, tampoco es el único. Tenemos al otrora cool Jaime Baily, o a Andrés Oppenheimer.
Son latinos que, omnubilados por la lógica capitalista, se "convierten" a la religión, se transforman en abyectos voceros del Imperio.
No lo hacen porque perciban sueldo, lo hacen vocacionalmente, y dejan de pertenecer al colectivo "nosotros" para convertirse en "los otros".
Dicho esto, no puede sorprenderme en absoluto que la Fundación el Libro lo haya invitado para abrir la Feria del Libro. La Fundación y Vargas Llosa pertenecen a la misma casta, son gente como uno.
¿Como privar a la segunda Feria mas importante del mundo, del recién estrenado Premio Nóbel? Esa es la causa aparente, lo cierto es que lo traen para que durante un par de días, se despache en lo de Grondona y otros cipayos sobre la barbarie del populismo en Latinoamérica.
En metafísica, muchas veces se habla de sincronicidad, algo así como una concatenación de eventos que parecen no tener relación, pero que ocurren por un motivo común.
La visita de tan ilustre literato, no es ni mas ni menos que eso.
Podemos sumarlo al recrudecimiento de la "inseguridad", a la desvergonzada "escalada de precios", al reciente descubrimiento del "deficit ferroviario", entre otros terribles sucesos que intentan esmerilar la figura de Cristina Fernandez de cara a los comicios 2011.
Yo lamento tanto que no se avengan a entender, que en el mismo intento, está la matriz de su fracaso.
Porque en lugar de proponer, se oponen; en lugar de construir, denostan. Y donde nada es construído, es el otro el que construye. ¿Pero es qué no se dan cuenta?
Y vaya si construye! Bastará con ver el video de mi post anterior para entender que Cristina Fernandez no hace otra cosa que construir.
Mientras ustedes se relamen elucubrando de que modo la voltean, ella mira a su pueblo a la cara, le habla, lo abraza, llora con el, se confunde entre una multitud que le agradece, por haber incluído a los excluídos dentro de la agenda política.
Con todo, las palabras de Horacio Gonzalez, a quien admiro profundamente, son por lo menos inadecuadas y pueriles. No se puede ser tan ingenuo, tales declaraciones son las que esperaba el propio Vargas Llosa, para conseguir su golpe de efecto.
Pero además, tengo que decir, que por mucho que me moleste Vargas Llosa, doy mi reino para que pueda decir lo que se le cante, porque de eso se trata la democracia. Lo otro es Leninismo, del que ya hemos hablado.
Así que muchachos, que venga nomás... Que pasee sus cienes plateadas por la Reina del Plata, y que se llene la boca hablando de lo mala que es Cristina...
Porque dentro de unos meses, Cristina va a ser presidenta, ganando por varios cuerpos. El no pudo ser presidente, y no lo será nunca...
A comerlaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...