El anteúltimo amor de mi vida se destiñó hace varias primaveras, y me dejó tan sequito que pienso en emparejarme con alguien y me da asma.
No me quejo eh! Veamos, me gusta estar solo, el silencio sobrecogedor, andar en bolas en la casa, no encontrarme calzoncillos con recuerdos de la provence en el barral de la ducha, nadie mea la tabla...
El punto es que hacía casi un mes que había pasado por el cuhillo al último de mis amantes ardientes, y es como que quede con una lujuria latente. Ultimamente vivo sofocado por el ímpetu de mis hormonas.
Luego de descubrir con horror que el vello de mis manos parecía una permanente, salí como poseso a la calle en la búsqueda de mi próxima presa. Usualmente, me basta con salir un poco producido a recorrer la zona céntrica de mi ciudad para levantar a algún machucón en llamas que me haga sudar como una chancha.
Che, pero que pasa que no hay ni un macho en la calle??? Les dió a todos por tomar café??? Maldito mundial y la recalcada con... de tu madre. A quién demonios le importa la suerte de Uruguay cuando este cuerpo serrano necesita algunas certezas!!!!
Ingreso a un cibersex (una especie de antro escondido en una galería al que van maridos de trampa a buscar el calor de algún joven mancebo) Me siento en una computadora y entra una pasivota con aires de doncella... me yira, pero yo quiero un macho, no una señora con ruleros.
Entra un señor, estilo camionero (enorme, peludo y sudoroso, 45 aprox) estaba a punto caramelo, le hago todo el entre: ojos, lengua, gestos con la mano, y me siento a esperar. De pronto, un sordo ruido despierta mi atención: la pasiva me robó el macho, pero que atrevida! Ojalá te salgan hemorroides, maldita ladrona!
Afuera parece Londres, frío niebla, ni un macho decente, aquí cualquiera roba lo que es mío... Señor, no te estarás ensañando con tu ahijado¿? Pero no, Dios me tenía reservado algo mejor.
El era menudo, digamos testosterona pocket.
El era moreno.
El era fibroso.
El rondaba los 40.
El era primerizo!!!!!!
Apenas entró al ciber mi lengua salió eyectada de mi boca y se relamía frente al pedazo de carne que la providencia me había reservado... el no se daba cuenta. Meta hacer gestos con la lengua, mirada absorta, todo su cuerpo era un signo de pregunta.
Pasé a lo mas literal y agité mi mano frente a mi boca haciendole entender lo que quería. Lo demás fue un cabeceo como diciendo: "vení para acá" y luego, el paraíso.
La tenía negra, no les miento, negra, y además enhiesta. Disfrutaba de ese néctar como si se tratara de un pico dulce, no podía parar de comerla, y no se si fue un impulso, que se yo, el calor, o la humedad, pero me descoqué. Me quedé en traje de Venus y al grito de entren que la tranquera está abierta, me entregué al vicio...
Todo era precioso, los humores, los amores, los cuerpos entralazados. El me mordía, me chupaba, me besaba, todo precioso. Los machos de los otros boxes dejaron de tocarse con lo que veían en la pantalla para arengarme y vivar mi deliciosa entrega.
Luego de unos minutos, percibo que él no parecía muy concentrado. Redoblo la apuesta, me la tragaba hasta el esofago, pero nada. Parecía que estaba buscando un baño durante un urgente llamado de la naturaleza.
él: tengo que irme...
yo: séee, papito seeee!
él: tengo que irme...
yo: así, así, así me gusta a mí... queeeee!
Pobre tipo, estará inhibido por la mirada de los otros piratones, pensé. Preocupado por quedarme entre San Juan y Mendoza, le espeté: Vamos a un teloooooooooooooooooooo! Mientras la masturbanda desde sus respectivos boxes suplicaba que me quedara.
él: Que no, que tengo que irme...
yo: Pero escuchame pelotudo, cuantas veces te crees que me pongo en bolas en un lugar público para cogerme a un flaco???
él: Es que mi esposa me espera....
yo: Naaaaaaaaaaa.
Lo siguiente, fue un sinnumero de onomatopeyas del tipo crash, bum, bang, porque no le permití terminar de vestirse y lo tiré escaleras abajo mientras mis masturbatorios admiradores le gritaban lo que se merecía...
Pero por qué, mil veces por que, si la estaba pasando de lo mejor... A lo echo, pecho. Muy compuesta, me vestí como Dios manda, firmé unos autografos a mis admiradores, y me fui, esperando que a la vuelta de la esquina apareciera alguien dispuesto a apreciar mis dotes amatorias.
Al salir del ciber, me quiero prender un pucho, pero en el fragor de la lucha perdí el encendedor. Mecachis, que hacer... Llegando a la esquina, veo un taxi parado, me acerco...
yo: papi, tenés fuego?
él: todo el que quieras....
yo: que copado... no querés que te lleve a dar una vuelta en culo????
Continuará....