Ser vedette? ¡Ni loca! Me gusta menos que el programa de Mirtha Legrand.” La frase que una provocadora Sofía Gala le decía a Semanario cuando tenía apenas 12 años muestra que la hija de Moria Casán mantiene una alta dosis de coherencia intelectual. Como si hubiese estado ajena al particular mundo en el que le tocó crecer, Sofía hoy almuerza con “La Chiqui” pero sigue firme en su decisión de hacer una carrera lejos del camino que eligió su madre. A menos de un mes de haber ganado el premio a la mejor actriz en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (España) por su trabajo en “El resultado del amor”, Sofía consolida su carrera de la mano del director Diego Rafecas filmando “Rodney”, labor para la cual acaba de teñirse de rubio platinado. La palidez de su piel contrasta con el tono “cancha de ladrillo” que le adjudicaron a Moria cuando evidenciaba frecuentes sesiones de cama solar en un invierno polar. Hasta la escuálida y desgarbada figura de Sofía parece estar en las antípodas de la estética de su madre. Una historia no contada. El actual contrapunto entre ambas tiene exactamente veinte años, es decir, la edad de Sofía. Lo curioso es que Moria no siempre reparó en la evidente diferencia. En junio de 2001, la vedette posó desnuda para Semanario y dijo: “Yo siempre digo que la primera clonación que existió no fue la de la oveja Dolly sino la de Moria con Sofía”. Si algún científico se detuviera a analizar el caso hablaría más bien de diversidad genética; o tal vez, de cómo alguien pudo eludir el cincuenta por ciento de sus cromosomas. Moria empezó su carrera en cine en 1973 con “Los caballeros de la cama redonda”. Luego llegaron “Los caballeros las prefieren desnudas”, “Expertos en pinchazos”, “Así no hay cama que aguante”, “Amante para dos” y “El telo y la tele”. A diferencia de sus dos máximos talentos (de los cuales más de uno se quiso colgar), su filmografía no es voluminosa, al menos cualitativamente hablando.Los papeles cinematográficos de Casán casi siempre estuvieron vinculados a la cama redonda que inmortalizó en TV cuando hizo “A la cama con Moria”. Su antítesis, la hija que tuvo con Mario Castiglione, no sólo busca un cine de calidad sino que su llegada a la pantalla grande está rodeada de un culto del bajo perfil.Sobre el escenario, el juego de las diferencias parece calcado. “Bailando por un voto”, “Los locos mandan” y otra larga lista de obras en el “rubro” teatro de revista nada tienen que ver con la carrera que encaró Sofía cuando estrenó las tablas de la mano de Fernando Peña. En el 2005, el polémico actor la llevó al escándalo al hacerla protagonizar un desnudo en “Yo chancho glamoroso”. Lejos de las plumas y la purpurina, el escándalo en aquel desnudo pasó porque los genitales de la joven estaban tapados por una vagina de plástico gigante. Cuando recibió un premio Estrella de Mar como revelación, Sofía hizo una breve pero clarísima alocución: “El desnudo es parte de una obra bella” y artística. Sin palabras. Quien parece no entender que más que de clonación se trata de antítesis, es la madre de la criatura. La semana pasada, Moria le dijo a Mirtha Legrand: “Este verano vamos a estar en el mismo teatro. Es la primera vez (en la historia) que una madre y una hija comparten sala. Es fuerte...” Más que fuerte, la palabra es “opuesto” porque Moria va a estar en el subsuelo del Multiteatro al frente de una comedia de Gerardo Sofovich llamada “Una familia poco normal”, mientras Sofía estará en el piso superior en un drama llamado “Secretos de mujeres”, donde también actuarán Silvia Pérez y Norma Pons. Si algo parece unir a madre e hija es la devoción por el trabajo. “Cuando Sofía se fue a Huelva a recibir el premio estaba con una angina terrible pero igual ensayó hasta último momento en el teatro. Se la ve muy comprometida con el trabajo y eso es impresionante porque es muy joven”, le dijo Silvia Pérez a Semanario. Casi sin querer, Silvia deslizó: “Yo pienso que esa fiebre puede haber tenido que ver con el cagazo de ir sola a Huelva. Qué se yo, es muy joven. Al verla con fiebre a mí me agarró la madre que tengo adentro así que esos días me preocupé y la estuve llamando a ver cómo andaba porque se iba muy lejos”.Pero lejos de casa, a Sofía se la ve bien, muy bien. La propia Moria le dijo a “Chiqui” Legrand: “Yo estaba en Punta del Este mirando el mar. Estaba escuchando unos discos que me regaló Ezequiel (del Campo, sex toy de 30 años) cuando sonó el teléfono y me dicen: ´tu hija se acaba de ganar el premio a la mejor actriz de Huelva´. Guau. Fuerte, ¿no?” Sí, tan fuerte como descubrir que el océano que las separaba en ese momento evidencia la distancia que hace unos años llevó a Sofía a afirmar: “Soy renormal, la que está crazy es mi mamá”. Sin red. Arrojada a una crianza que Moria siempre calificó como “independiente” (porque, como ella misma reconoce, Sofía se crió sola) la pequeña Gala tuvo que crecer con una madre que no tuvo empacho en revelar que se hizo abortos, que fue mujer golpeada y que le costó incorporar a su hija en su vida porque hacerlo implicaba asumir cierta dependencia de alguien para con ella. A los 15, Sofía se puso el vestido blanco acompañada por un novio cirujano de 38 años. Ese mismo año, le tuvieron que hacer un lavaje de estómago por un coma alcohólico del que confesó: “Tomé tequila, vodka... Me zarpé y me hice mierda. Ahora apenas tomo cerveza”. Aquellos excesos encuentran hoy su contrapunto. Sofía lleva cuatro años de noviazgo con Diego Tuñon, tecladista de Babasónicos mientras que su mamá acumula cuatro novios en lo que va de 2007. Este año, Moria reconoció haber estado con William Schlenker (un barra brava de River), con un “sex toy” de 23 años, con un joven de Lincoln y con Ezequiel del Campo.“No puedo caer sin avisar en la casa de Sofía porque me cierra la puerta en la cara. A veces me da un appointment (una cita)”, le dijo Moria a “La Chiqui” como si el hecho fuera un paso de comedia. Mientras almorzaba con el glamour de la TV, Casán confesó asombrada que la suegra de Sofía cocina y lleva comidita casera a la casa de su hija. “Sofía siempre me pidió una familia pero yo nunca se la voy a dar...”, tiró como al pasar mientras su siliconado escote capturaba más atención que sus palabras. Y bueno, ya lo dijo Sofía a los doce años, para ella ser vedette era más aburrido que el programa de Mirtha Legrand.
Periodista: Mariana Comolli
Fotos: Martín Arias y Agencia Movilpress
Revista: Semanario
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