13 mayo 2010

La Malparida


Noooooo, no es esta una crítica acerca de la ficción de POL-KA, que no he visto nunca porque prefiero mirar ciega a citas, que tiene como protagonista a una muy buena actriz, en lugar de a una piedra.

Quiero referirme a la macumera mediática Graciela Afano, que por estos días rellena de crapulencia la televisión, los diarios, las radios, los videos y los blogs.

Esta especie de Totem excrementario, a la que no le asiste la razón o el talento, se pasea por doquier apropiándose del sentido común y empujando al precipicio a personas y sentires.

Cierto es que no lo hace sola, siempre que hay un psicopáta (ella lo es, que duda cabe) hay alguien que se configura como organismo lábil (Pachano, claro está). Pero también existe un lugar y un tiempo donde esto ocurre: El circo de Marcelingui (del que hablaré mas tarde).

Ahora bien, es preciso recurrir a chicanas tan malsanas para disparar la medición de audiencia? Se puede jugar con lo íntimo y mancillar sin tregua los humores y los amores de una persona?

He visto dos programas de Tinelli este año: El primer Lunes de presentación, y el primer Martes donde se presentaba el bailando... No me quiero hacer el intelectual, porque en el pasado he visto el programa y lo he disfrutado; mas, he hasta mandado mensajes (pausa para llorar)...

Pero de verdad, mas alla de que considere que la sexagenaria ex prostituta devenida en socialite sea una hija de un camión cargado de putas, entiendo que haciendo lugar en este espacio o en cualquier otro, para que este tema sea tratado, no hace mas que agrandar la estupidez...

La culpa no es de Pachano, ni de Alfano, ni siquiera de Tinelli, la culpa es nuestra...

Debieramos hacer como los adolescentes en las pesadillas de Freddy, que lograron destruirlo dándole la espalda... Les dejo la inquietud.


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