El parásito de la industria del cacao tuvo que soportar el desdén por partida doble...
Primero, ser víctima del rechazo de la novia de alquiler, Virginal Gallarda, ya que gracias a Marcelingui hoy es una puta con nombre propio.
Segundo, soportar estoicamente que su grasosa majestad, Sharon Escudero, la tratara de loca (que redundante la ridicula, todos sabemos que es loca la FORT) frente a la absorta teleplatea vernácula.
Auguramos que su nueva amiga, la Baronesa de la crapulencia, Graciela Afano, pueda curar el corazón de la maricota a cambio de un puñado de dólares.
1 comentario:
te banco silvina pero renun cia yaaaa a esa obra no permitas que te maltraten.
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